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Desentrañando la sutilidad del poder y la difícil batalla de denunciar
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Desentrañando la sutilidad del poder y la difícil batalla de denunciar

Escuchando el resumen de noticias de hoy, no pude evitar una vez más, darle vueltas en la cabeza a un tema del que algún día sacaré un trabajo sobre la violencia machista en la sociedad y los desafíos al denunciar la impunidad que tiene dentro del estatus social. Tras la máscara siempre hay cosas que no se perciben a simple vista. No solo me preocupa la violencia machista, sino me ocupa y me acompaña. La violencia machista física, psicológica, económica y toda esa previa a llegar a las manos que practican hombres y mujeres contra mujeres, aprovechando su desigualdad. Hay quienes actúan con violencia contra quienes se sienten cómodos para desatar sus demonios, eso sí, siempre entre bambalinas, en la intimidad, en la confianza generada previamente que por supuesto no «deberías de traicionar si cuentas las miserias que esconde». Plantar cara a esas personas, es muy difícil. Por miedo a más violencia o represalias. Es algo así como «Mejor mantenerse a su lado que en frente»

La impunidad del estatus social

Cuando quien te trata de esa manera vejatoria y abusiva tiene un estatus de poder social, político, empresarial, o simplemente más estatus que tú, la violencia esa privada que ejerce contra ti pasa desapercibida y cuenta con cierta impunidad tras la máscara. Para la víctima, es más complejo todavía, porque sólo el intento de decir «basta» puede desatar la ira de tu ilustre verdugo. Su guadaña, su «violencia», se convertiría en sutil como ese veneno que te meten en una copa, poco a poco. Con su «arte», el mismo que utilizó contigo para convertirte en «fan», puede hacer que su «público» participe en su particular represalia contra ti sin darse cuenta o realmente convencidos de que te lo mereces. Un público formado por ciegas lealtades, intereses, miedos o comodidad.

Su audiencia solo ve lo que ocurre en el escenario. Son inconsciente, están encandilados, incrédulos o simplemente para protegerse, prefieren mirar hacia otro lado. La posibilidad de que tú signifiques menos que la «guadaña» también inclina la balanza. ¿A cambio de qué y para qué he de evitar o cuestionar que te difamen y pisoteen tu nombre si eso no me aporta nada? En ese plano, a veces incluso, son partícipes de tu castigo por haber osado a señalar a quién te maltrata o maltrató.

Denuncia pero no muy alto

Exige de valentía dar el paso de denunciar. «Denuncia», es justo el mensaje que nos dan una y otra vez. Eso es lo que se debe hacer. ¿a quién? ¿para qué? ¿cómo? si nunca pensaste que fuera necesario tener una muestra de lo que ocurre entre bambalinas. Un día pensaste que todo cambiaría, que saldrías corriendo y pararía, y luego te equivocaste. Ahora sólo te queda esperar a que te crucen la cara o montar una especia de ‘Gran Hermano’ para que alguien de esta sociedad llena de infoxicación pueda creer en algo que no vive. Nos lo están pidiendo cada día; denunciar, como si fuera fácil ponerte en el centro de la diana y plantar batalla, sola.

Nos piden que denunciemos quienes lo sufrimos pero escucho constantemente el doble discurso de «tú dedícate a lo tuyo, qué necesidad tienes». También insisten en que alertemos quienes pudiéramos tener conocimiento de un acto de violencia en nuestro entorno. Esta parte es más compleja, porque el trending topic es mirar hacia otro lado, centrarnos en el individualismo que está resultando ser más cómodo. Sólo así le enviamos a la víctima un mensaje con doble moral, «estás sola».

2 Comments

  1. Rafael Dolado

    Que terrible realidad,y no s e denuncia ni de se ve grandes cambios.
    Me ha gustado tu Exposición y como lo has detallado.
    👌👏🙏😘

    8 diciembre, 2023 at 6:26 pm | Responder
  2. HENAR

    Muchas gracias por tu artículo, Raquel; veintitantos años trabajando y ayudando a mujeres que sufren en silencio, muchas de las veces durante toda su vida la violencia machista de sus parejas o ex parejas. Pero el Sistema Patriarcal que impera e impregna todas nuestras sociedades, nuestras culturas y religiones desde tiempos ancestrales; continúa siendo una estructura de poder y desigualdad entre hombres y mujeres; que en el S.XXI, el sistema que ejerce toda su fuerza y violencia hacia las mujeres y niñas; el que hace que se piense en las mujeres como seres inferiores; el que nos codifica como objetos sexuales por un puñado de monedas; La mayor esclavitud en nuestros tiempos; el que nos viola por puro placer; el que capaz de hacer que se asesine a sus propi@s hij@s, para causar el mayor sufrimiento a una madre…podría continuar enumerando tanta clase de barbarie hacia las mujeres…Pero, me pregunto tantas veces ¿Acaso no somos la mitad de las personas que habitamos este PLANETA nuestro?; ¿por qué nuestra sociedad del llamado primer mundo, una democracia consolidada, y «desarrollada» continua mirando mirando hacia otro lado?. Las feministas llevamos tantos años diciendo, que sólo con las leyes este Sistema patriarcal no cambia; menos es nada, dicen algunas; pero sabemos que solo con la prevencion, es decir, con un cambio radical en la educación y la cultura se puede transformardesde las sociedades; pero…Señores y señoras, basta ya de ser ingenu@s, Pero conlleva un gran presupuesto económico y vuelvo a preguntarme ¿ Merece el esfuerzo de todos todos los Poderes de un Estado para salvar las vidas y el sufrimiento de tantas mujeres?…

    8 diciembre, 2023 at 8:33 pm | Responder

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