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Cuando tienes Covid, Resultado: Positivo, Veredicto: Culpable.
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Cuando tienes Covid, Resultado: Positivo, Veredicto: Culpable.

Nunca un positivo me ha parecido tan negativo. Cuando me dan un resultado de PCR positivo mi conciencia me da un veredicto que es, culpable.

Estaba convencida de que, siendo asmática, si algún día me alcanzaba el covid, acabaría en el hospital, boca abajo y con un tubo atravesando mi garganta.

Durante dos días seguidos, tras detectar que se me repetían unos leves síntomas como dolor de cabeza, náuseas, sensación de mucosidad y, más singularmente un olor a quemado y un sabor a putrefacto, decidí llamar a mi médico de urgencia desde el coche que decidió aislarme y mandarme una prueba de PCR.

Recuerdo que antes de llegar a casa, de pasar ese fin de semana con mis amigas en un gran apartamento, aparqué mi coche cerca de la misma, en una curva, para pensar lo que suponía a continuación.

A solas conmigo misma repasé, mentalmente y por encima, las personas con las que había estado más cerca, y sin saber mucho cómo es el criterio, entré en pánico. Y no por la idea de que yo pudiera acabar en el hospital sino, lo más agobiante era imaginar que por mi culpa alguien acabe muy mal de salud.

A continuación, conduzco hacia mi casa para aislarme en una habitación y entonces surgen preguntas que ahora no tienen tanta importancia, pero en que ese momento aumentaron mi nivel de angustia. «¿Quién me hará la comida?», «¿Tomarán medidas con mi ropa, basura, menaje?», «Tengo que comprar los uniformes de las niñas», «Las niñas comienzan el cole», «están con sus abuelos hace tres días», «tengo que organizar un evento», «he almorzado con clientes, amigos, familia, mis hijas, peluquería», «las niñas comienzan el cole ¿y ahora no?», «mi pareja no puede ir a trabajar», «mis compañeros de trabajo…» y así una larga lista de motivos que me hacen sentir muy, muy culpable.

Mi teléfono móvil, en mi casa, tiene cero cobertura, así que comienzas a morderte las uñas porque no sabes si te están llamando al móvil y no al fijo de casa. ¿A quién llamar? Al Centro de Salud para advertirle que si alguien está llamando, lo haga al fijo.

El resultado final. Cuando eres positivo.

Cuando recibes la llamada de tu médico de cabecera para darte la gran noticia «eres positivo» comienza una odisea mental:

  1. Me dice que me aísle, yo y todos mis convivientes.
  2. Preguntan, qué síntomas tengo.
  3. Recibo un mail con pautas de aislamiento.
  4. Me informa, a priori, que cada uno de mis contactos tendrán que aislarse y hacerse un PCR pero me dice «Ya te llamarán desde el Servicio Covid entre 24 y 72 horas para que le des la lista y sus teléfonos»

¿72 horas?

¿Tendrá toda esta red de asistentes, la información que le di a la recepción de mi Centro de Salud de que sólo pueden comunicarse conmigo a través del fijo?

Mejor tomo yo la iniciativa. Mi conciencia no me permite esperar 48 horas para que alguien llame a quiénes han estado en contacto estrecho conmigo las últimas dos semanas, .

Llamo al teléfono de Información del Covid y pregunto qué hago con mis contactos además de incidir con el número de teléfono al que tienen que llamar para poder localizarme. Quien me atiende me coge los datos y me dicen que me llamarán y que puedo adelantarme a avisarles para que se mantengan aislados hasta que reciban la llamada del rastreador.

Entran en juego, lo que yo detecto a día de hoy, tres «entidades» (Centro de Salud, Servicio Covid y Salud Pública) pero, a priori sin información, no sabes, quién es quién, a quién tienes que esperar que te llame, para qué y a quién llamar para que te informe de cada paso que dar.

Hago una relación de personas que han estado en contacto conmigo más de 15 minutos, con menos de la distancia de seguridad y con alguno de ambos, sin mascarilla. Lo primero, los convivientes, lo segundo con quienes has compartido mesa en una comida, café, desayuno, etc…

Empieza mi ronda de llamadas a las más de 14 personas y, lo primero, mi empresa, para que entiendan por qué no me presento en el trabajo y quiénes han sido las personas más cercanas de mi entorno laboral.

Durante las llamadas paso por una montaña rusa de emociones, tristeza, vergüenza, nervios, sorpresa, ansiedad, confusión, disgusto, ira, compromiso, y finalmente acabo señalándome con el dedo a mí misma como la gran culpable de las múltiples consecuencias.

Respuestas varias ante un contacto positivo

«¿Tú cómo estás?», «no te preocupes», «¿En serio?», «¡pero no puedo cerrar mi negocio!», «en mi empresa me matan», «no puedo dejar de trabajar», «¿y qué tengo que hacer?», «¿Dónde llamo?», «Yo me la hago por privado». «no des mi contacto, yo me protejo, no puedo aislarme», «¡Pero qué dices!, si he estado en una fiesta», «no creo porque no he tenido síntomas», «tranquila yo llamo a mi médico», «yo hablaré con recursos humanos», «no es para tanto no creo que lo haya cogido», «¡pero si estoy de viaje fuera de la isla, espera que regrese porque no puedo quedarme aislado fuera de casa», «yo tengo catarro pero eso es del aire acondicionado»….

El mundo se me cayó encima, porque sentía que por mi culpa había causado tanto quebradero de cabeza.

Intento seguir obedeciendo a una conciencia que actúa como un padre duro en tu adolescencia. Siguiente paso, comunicar en la app Radar Covid y entonces toco el botón «Comunicar positivo» me pide un código de 12 dígitos de diagnóstico. ¿Esto qué es?. Llamo al teléfono 900 y me dicen que dicho código me lo debe de dar mi doctora de cabecera pero ésta, contrariamente, me indica que quienes me lo han de dar son los del Salud Pública. Vale, pero no tengo ni idea de quién es Salud Pública.

En 24 horas me llama un rastreador desde el servicio Covid para hacerme muchas preguntas y entre ellas, y tras conocer que soy positivo, surge la idea y posibilidad de que aquella tarde hace más de 15 días en las que tuve mal cuerpo por unas horas, fuera un primer síntoma que relacioné con lo cambios de temperatura de la ola de calor y el aire acondicionado y no le di importancia. Decidí hacérselo saber, de lo contrario sólo hubieran rastreados a los contactos de los últimos 7 días. Casualmente una familia entera con la que había almorzado en su casa hace 15 días ha dado positivo. ¿Y si no hubiera hablado de aquel síntoma momentáneo?

¿Lo estamos haciendo bien?

Me pregunto si lo estamos haciendo bien nosotros, no el sistema. Me refiero a si somos capaces las personas de actuar correctamente y si entendemos lo que es correcto de forma similar.

De todas las reflexiones que he hecho en estos días de aislamiento me martillea la cabeza la cantidad de personas que existen y se sienten médicos, epidemiólogos, o super-héroes, infalibles, cómplices y valientes sin realmente serlo. Que quieren ser responsables con sus compromisos y no tanto con la sociedad. ¿A quién le importa alguien que no es de «los tuyos»?. A mí me importó y por eso mi lista de contactos podría haber sido de 6 y fue de 14. Pero también podría haber llamado aquel día de mal cuerpo y no cuando ya sentí algo extrañó dos días consecutivos.

¿Cuántas personas niegan tener síntomas cuándo los tienen?, ¿cuántas no informan a sus contactos por creer que ya ha pasado una semana y consideran que no es necesario? o ¿cuántas opinan que como no hay síntomas no hace falta?. ¿Cuántas, no confiesan fielmente ese pequeño síntoma porque creen que fue una indigestión? o ¿cuántas creemos que si no estamos asfixiados, no es Covid?

¿Cuántas no quieren dejar de ir a trabajar porque les supone una pérdida económica, no cuentan con nadie que cuide de ellos, tienen reuniones y compromisos importantes como un viaje, una reunión clave, etc… y prefieren tomarse las medidas por su mano?

¿Cuánta gente está cruzándose, compartiendo mesa, cama, subestimando la mascarilla, dando besos y abrazos, tocando todo sin haberse lavado las manos y subiéndose a coches de otros sin mascarilla, durante las 72 horas que alguien te llama para decirte, «Ha estado usted en contacto con un positivo».?

¿Cuántos dicen estar en casa y se saltan el confinamiento para ir a comprar algo al estanco creyendo que con la mascarilla puesta y las manos lavadas no tiene importancia?

¿Qué hacer si has estado en contacto con un positivo?

Esa red de entidades que está a tu servicio me da la sensación que está compuesta por 3 elementos que están en contacto entre sí con su burocracia, protocolo, procedimiento y plazos. Con sus aciertos y sus errores. El protocolo dice que cuando eres positivo en covid, te llamarán pero nunca dejes de hacerlo no sabes qué hacer porque la información carece de claridad.

1. Tu Centro de Salud y, más concretamente, tu médico de cabecera (o quien le sustituye habitualmente) que te pide citas para pruebas, te da el resultado de la misma y tu enfermero/a que te llama para comprobar tu estado de salu y si estás en casa manteniendo las medidas. Es importante saber que si no te localizan pueden enviar a personal de un cuerpo de seguridad.

2. El famoso Servicio Covid del Gobierno autónomo donde están los rastreadores. Es el famoso teléfono 900 112 061 desde donde te rellenan una ficha, te hacen una encuesta epidemiológica, te indican el aislamiento y si no has hecho nada del paso 1, envían la información a tu centro de Salud para que se active el procedimiento de la cita del PCR y seguimiento de la enfermera. A este número debemos llamar en estas 3 ocasiones.

a. Si tenemos síntomas. Además de llamar a tu Centro de Salud.

b. Si te han informado de que has estado en contacto con un positivo.

c. Si te han dado desde tu Centro de Salud el resultado positivo.

3. Y Salud Pública del Ministerio de Sanidad que te realiza una encuesta epidemiológica, te da un código para la app Radar Covid para que puedas comunicar.

Lo protocolario es esperar que alguien te llame pero ante la duda, da un primer paso porque el tiempo corre y es oro.

Pase lo que pase, no te sientas culpable, y cambia ese pensamiento por responsable.

Aquí te dejo una intervención en radio donde cuento un poquito.

https://www.ivoox.com/testimonio-positivo-covid-14-09-2020-audios-mp3_rf_56472575_1.html

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