Cuando una mujer llega a un puesto relevante y visible, existen quienes conocen de lejos su trayectoria profesional y desconocen de cerca sus habilidades o aptitudes. También están los que nadan en la ignorancia. Esto provoca que esa especie, del siglo cero, que aún abunda, se
cuestione la capacidad, siempre de ella, para asumir sus responsabilidades. Hasta ahí, todo es relativamente normal. Mis padres siempre me enseñaron que en la vida todos tenemos admiradores y detractores, y que cuánta mayor visibilidad tengas, mayor será el apoyo o el linchamiento.
En relación a los detractores, nunca he creído que sean la parte mala del pastel. Incluso, los considero importantes porque, en muchas ocasiones, las críticas son oportunidades para entender cómo te ven. A partir de ellas, podrás tomar la determinación, siempre voluntaria, de tenerlas en cuenta o no. Pero hay críticas que carecen de fundamento, o lo que me aterroriza más, es que pierdan toda una buena razón por una formas fáciles, denigrantes y absurdas, al más bajo nivel. Este es el caso de cuando escucho expresiones del tipo «…a ésta la colocaron ahí porque….».
¿Porque qué?. Y ahí se acaba la frase. Con una sonrisa a medias o una inclinación de cabeza.
Me pone los pelos de punta escuchar, en los foros de los ilustres señores, como dan por sentado, que una mujer sin méritos propios (según sus caducos criterios) ha tenido que pasar por un sometimiento sexual para que un ilustre apueste por ella. Pero cuando estos comentarios, o parecidos, los escucho de otras mujeres, se me paraliza la circulación. Y me entristece recordar lo que queda por conseguir para tener una mentalidad igualitaria: ¡Qué pereza!
¿Cuántos prestigiosos varones apadrinados están colocados en puestos de responsabilidad pública o privada, sin ningún tipo de capacidad?
Podríamos incluir a muchos «padrinos». Entonces se les llama; «amiguísimos, intereses privados, etc…» pero ¿por qué el hecho de llevar corbata les exime del comentario miserable de haber pasado por el esperpéntico aro del sometimiento sexual que siempre se le adjudica a una mujer?.
Voy aún más lejos. ¿Por qué se presupone que quienes llevan tacones son las «tontas engañadas» por el «respetable», y nunca dan por hecho que «ilustre señorísimo» cayó en la trampa de «la inteligencia»?
En cualquier caso, los enchufes sin criterios objetivos son igual de insensatos. Y los comentarios arcaicos.
3 Comments
Carlos Gamonal Diaz
Cuanta razón tienes! Yo lo he escuchado muchas veces para después ver como machi tos ocupan cargos a dedo o incluso políticos organizando empresas privadas para poder enchufar amigotes. Horrible. Lo bueno es que poco a poco los que practican estas formas de hacer y proceder se jubilan o se mueren. Estoy seguro que el tiempo arreglará estas malas prácticas, la sociedad y los jóvenes están cada vez mejor educados.
Raquel Gare
Hola Carlos,
Muchísimas gracias por tu opinión. Es muy importante que se le de visibilidad a los hombres que como tú condenan este tipo de actitudes un tanto oxidadas.. No sabes lo que me alegra saber que existen personas como tú.
Clara
Más claro que el aguaaaaaa, que a estas alturas haya que explicar estas cosas está fuera de lugar.