Cómo tocar todos los palos profesionales y no morir en el intento
Cuando pienso en mi carrera profesional, me vienen a la mente 25 años de constante aprendizaje y adaptación. He pasado por diferentes roles en el mundo de la comunicación, el marketing, los eventos y los proyectos audiovisuales. He sido aprendiz de mucho y, a veces, he sentido que no era maestra de nada. Sin embargo, con el tiempo he descubierto que ser “aprendiz de mucho” también puede ser un camino hacia la maestría de algo más valioso: la capacidad de conectar habilidades, entender la globalidad de los proyectos y aportar soluciones integrales.
Hoy, quiero reflexionar sobre la virtud de tener capacidades diversas, las ventajas de ser un perfil versátil, y los retos de un mercado laboral que a menudo no está preparado para integrar a estos profesionales “unicornio».
De aprendiz de mucho a maestra de todo un ecosistema
En un mundo que cambia tan rápido, las empresas necesitan personas capaces de llevar varios sombreros al mismo tiempo. En mi caso, he diseñado estrategias de comunicación, producido eventos de gran envergadura, dirigido proyectos audiovisuales y hasta gestionado equipos multidisciplinares. No porque quisiera hacerlo todo, sino porque muchas veces era necesario.
Esto me llevó a aprender de todo un poco: desde presupuestos y logística hasta storytelling y técnicas de producción. Lo que al principio parecía un camino fragmentado, hoy lo veo como una ventaja: una caja de herramientas profesional que me permite adaptarme a casi cualquier reto.
La clave está en encontrar los puntos de conexión entre las habilidades. Cuando entiendes cómo se complementan, dejas de ser “aprendiz de mucho” para convertirte en una maestra de la versatilidad.
El valor del aprendizaje continuo
Nada de esto sería posible sin el empeño y la formación constante. A lo largo de mi carrera, he comprendido que la clave para no sentirse desbordado en la multidisciplinariedad es el aprendizaje continuo. He dedicado años a formarme en cada área que he tocado, algunas con más profundidad que otras, pero siempre manteniéndome actualizada.
No se trata solo de acumular conocimientos, sino de entender cómo cada uno de ellos aporta valor al conjunto. En un mundo que evoluciona a gran velocidad, detenerse en el aprendizaje es quedarse atrás. La formación no es un lujo, es una necesidad. Y aunque cada persona elige la intensidad con la que se sumerge en cada disciplina, lo importante es nunca dejar de aprender.
El perfil unicornio: soluciones a medida en tiempos de cambio
Se habla mucho de los perfiles “unicornio”: profesionales con habilidades diversas que son capaces de adaptarse a las necesidades cambiantes del mercado. Estos perfiles no solo saben hacer muchas cosas, sino que tienen una visión global que les permite conectar las piezas de un proyecto. En un mercado que a menudo busca soluciones rápidas y eficientes, este tipo de profesionales es oro puro.
Sin embargo, hay una realidad que no podemos ignorar: las empresas que buscan “unicornios” a menudo no saben cómo integrarlos dentro de su estructura. Una persona que es capaz de gestionar la comunicación, liderar un equipo y planificar un evento ¿en qué convenio laboral encaja? ¿Cómo se regula su labor cuando el sistema profesional está basado en compartimentos estancos?
Este es un desafío no solo para las empresas, sino también para los profesionales, que muchas veces deben justificar su valía en entornos que prefieren especialistas antes que generalistas.
Ventajas de ser un profesional polivalente
Aunque los retos son evidentes, ser un perfil versátil tiene muchas ventajas:
- Adaptabilidad: Puedes ajustarte rápidamente a las necesidades cambiantes de la empresa o el proyecto.
- Visión global: Entiendes cómo cada parte afecta al todo, lo que te permite tomar decisiones más informadas.
- Eficiencia: En entornos donde los recursos son limitados, puedes asumir varias tareas sin necesidad de contratar múltiples perfiles.
- Innovación: Al combinar habilidades de diferentes áreas, puedes aportar ideas frescas y originales.
El reto del sistema laboral: ¿dónde encajamos?
El problema es que el mercado laboral no siempre está preparado para este tipo de profesional. Los convenios laborales, las descripciones de puestos y las estructuras organizativas suelen estar diseñadas para especialistas. Esto deja a los perfiles polivalentes en un limbo: no encajan en ninguna categoría tradicional.
¿Es hora de replantearnos cómo regulamos el trabajo? Tal vez la solución pase por crear categorías más flexibles que reflejen la realidad de un mercado cada vez más dinámico. Mientras tanto, los unicornios seguimos navegando este sistema con creatividad y perseverancia.
La maestría de conectar
No se trata de ser especialista en todo, sino de dominar el arte de conectar habilidades, de encontrar los puntos comunes y aprovecharlos para aportar valor. Ser un profesional versátil no es una debilidad; es una fortaleza en un mundo que necesita soluciones integrales.